EL IDA Y VUELTA DE LAS CANDIDATURAS TESTIMONIALES
En muchas fuerzas políticas, cuyas listas competirán por cargos legislativos provinciales, hay candidatos en funciones ejecutivas y ,de ser electos, deberían optar por su continuidad como mandatarios o asumir una banca en la Legislatura. Hace muchos años se generó jurisprudencia con las denominadas "candidaturas testimoniales" del por entonces gobernador, Daniel Scioli y de quien era Jefe de Gabinete, Sergio Massa. La Cámara Nacional Electoral, en el más resonante caso emblemático, se expidió allá por 2009 y dio una definición, pero el debate continúa. En Provincia habrá otro recorrido jurídico y se espera que las candidaturas avancen.
Un pequeño viaje en el tiempo de la historia reciente permitirá acumular mayor información para comprender el sentido de las denominadas "candidaturas testimoniales", en las cuales un gobernador o Intendente municipal decide postularse en listas de cargos legislativos cuando aún no terminaron sus mandatos.
Se supone "a priori" que sería una suerte de "garantía" de calidad de los candidatos que le siguen en el orden de preferencias en una boleta y hasta una pseudoelección ejecutiva anticipada a modo de plebiscito de las respectivas gestiones.
Desde hacía un tiempo que no "explotaban" las candidaturas testimoniales y, a diferencia del caso emblemático del año 2009, esta modalidad es adoptada por la mayoría de los partidos y alianzas que entrarán en competencia en setiembre próximo. Cabe señalar que no sólo la Vicegobernadora Verónica Magario se postula para Diputada Provincial, sino los intendentes Mario Secco, de Ensenada y Mariano Cascallares, de Almirante Brown. Asimismo, se han candidateado el Intendente de Rauch, Maximiliano Suescún y su par de Tigre, Julio Zamora por la Alianza de Centro "Somos Buenos Aires". En el caso de La Libertad Avanza, los jefes comunales de Tres de Febrero, Diego Valenzuela y de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, también figura a la cabeza de la lista para Senadores provinciales.
Es posible que más de uno quiera recorrer la historia y ver qué paso realmente con los cuestionamientos hacia mandatarios provinciales y municipales que deciden postularse en las elecciones de medio término y que también está a medio camino de su gestión.
SCIOLI Y MASSA

Corria el año 2009 y el ex Presidente Néstor Kirchner era el estratega de la campaña para las legislativas nacionales y tenía un desafío frente a un peronismo distante que comandaba el empresario Francisco De Narváez.
Néstor Kirchner - referente del oficialismo nacional junto a su esposa Cristina- encomendó a Daniel Scioli y a Sergio Massa que se postularan en los primeros lugares de la lista para Diputados Nacionales, aunque sonara poco verosímil que luego asumieran en diciembre de ese año.
Esto provocó un estrépito importante en el mundo político, a tal punto que apoderados de otros partidos y alianzas como la UCR, el Gen y la Coalición Cívica denunciaron lo que consideraban un "engaño a la opinión pública" porque alegaron que tales candidatos difícilmente asumirían sus nuevas obligaciones cívicas.
EJERCICIO DE PERSUASIÓN
El caso de Scioli fue por demás elocuente. Un ejército de voceros y operadores realizaron por aquél entonces un entrañable esfuerzo para persuadir a la prensa que se encontraban ante un oferta no muy descabellada, y que ofrecía, en palabras de varios operadores "una igualdad de opciones" tanto para la posibilidad de continuar como gobernador del primer estado argentino o asumir, tal cual un "random" una banca en el Congreso.
Ante las denuncias de apoderados de partidos de la oposición, tuvo que intervenir el Juez Federal bonaerense de aquellos años, Manuel Blanco, quien además citó al entonces mandatario para que explique sus reales intenciones políticas y todo quedó documentado en una causa ante los estrados electorales.
El magistrado tanto para el caso de Scioli, como para el de Massa, no encontró elementos que despertaran sospecha acerca de una maniobra de engaño por parte de los postulantes, pero los mencionados apoderados apelaron hasta que el caso llegó a la Cámara Nacional Electoral.
CÁMARA DIVIDIDA
Este organismo nacional, si bien confirmó la decisión del juez bonaerense, lo hizo en forma dividida.
Con otra integración (hoy el Juez Daniel Bejas reemplaza al recordado Rodolfo Munné) confirmó que no había perjuicio con la postulación de candidaturas testimoniales y que no hay delito ni hecho que merezca mayores consecuencias, como sanciones de carácter penal o hasta pecuniarias.
Lo cierto es que en esa disputa jurídica de "puro derecho" (porque los hechos no eran cuestionados) Con el voto de los jueces Santiago Corcuera y Rodolfo Munné (en disidencia, Alberto Dalla Via), el tribunal confirmó el fallo del magistrado bonaerense Manuel Blanco que convalidó ambas candidaturas.
La mayoría -Corcuera y Munné- señaló que lo que establece la norma constitucional es una incompatibilidad que impide el desempeño simultáneo de ambos cargos pero no limita la participación electoral.
Ocurría que en la causa, los apelantes habían remarcado que había incompatibilidad del gobernador Scioli quien aún ejerciendo en el Ejecutivo provincial ya estaba, en cierto modo, en funciones legislativas desde su condición a Diputado Nacional.
La mayoría del cuerpo judicial de alzada resaltó que esa incompatibilidad operaba si resultaba electo para el Parlamento y que en tal circuntancia debería renunciar a su cargo para asumir como legislador nacional.
En su voto de disidencia, el juez Alberto Dalla Vía interpretó que lo preceptuado en el art. 73 de la Constitución Nacional "es un límite de elegibilidad para los gobernadores de provincia mientras estén en ejercicio de sus mandatos, prohibiéndoles postularse como candidatos a cargos legislativos en los distritos que los eligió previamente para ejercer la más alta función ejecutiva provincial".
ADVERTENCIA ÉTICA
La causa se quedó sólo en eso, en la cuestión de la incompatibilidad de funciones de Scioli y hubo algo así como una cuestión ética y axiológica respecto de las candidaturas testimoniales, pero que no tuvo efectos reales y donde casualmente hubo coincidencias.
Así las cosas, y respecto de lo que se conoce como las candidaturas testimoniales, el voto mayoritario aclaró que "si se configurase un supuesto de lo que vulgarmente se ha dado en llamar 'candidatura testimonial', ésta no podría ser oficializada".
En el caso de Scioli y Massa, dijo por entonces la mayoría, éstos manifestaron ante la Justicia Electoral en tres oportunidades su voluntad de ocupar las bancas. Señaló así el Tribunal que en el juicio los candidatos "expresaron formalmente en sentido afirmativo dicha voluntad en al menos tres instancias: primero, al aceptar las candidaturas; luego […] a través del apoderado partidario que afirmó que 'a la fecha cualquiera de [los] candidatos registrados […] están dispuestos a asumir los cargos, dando fe de ello' […] y, por último, personalmente, al 'ratifica[r] íntegramente [....] las afirmaciones realizadas por los apoderados […] y manifestar, además, su disposición para la asunción del cargo al que han sido propuestos".
"Si, por acciones futuras, llegase luego a comprobarse que los candidatos no fueron 'honestos' en sus expresiones" durante el proceso judicial, ello significaría "una inaceptable manipulación de las instituciones de la República, a la vez que una grave lesión al proyecto de Nación al que todos, electores y candidatos, deben tributar", se alertaba desde los estrados de la Cámara Nacional.
EN PROVINCIA
En las elecciones bonaerenses de setiembre próximo es la Junta Electoral provincial la que regula y supervisa la normalidad de los comicios, desde la convocatoria hasta el escrutinio dado sobre la última de las mesas.
En tal sentido, es muy posible que haya cuestionamientos de parte de apoderados de distintos partidos, obviamente no de quienes incurren en esta modalidad de presentar candidatos llamados testimoniales.
Pudo saberse que hay antecedentes de jurisprudencia en la justicia provincial, por caso, con fallos de las Cámaras en lo Contencioso Administrativo que siempre se han inclinado a favor de confirmar tales candidaturas, obviamente, en un proceso de plena atmósfera hipotética cuando domina la incertidumbre acerca de si el candidato cambia su rol de tal a un legislador sentado en la Legislatura o en el Concejo Deliberante a partir de diciembre próximo.
En tanto, no hay ni se conoce fehacientemente si existe sanción, desde el punto de vista electoral o penal, para quien resultando electo, decida no asumir. Ni tampoco a ningún legislador se le ocurrió promover una ley que elimine o limite las candidaturas testimoniales. El interés corporativo de la dirigencia política prima por sobre el interés popular.
En el caso de Daniel Scioli y de Sergio Massa eso no ocurrió dado que el primero siguió gobernando la Provincia y Massa volvió a la Intendencia de Tigre tras renunciar como Jefe de Gabinete de la Nación.
El asunto de las "candidaturas testimoniales" retoza con mucha fortaleza por distintos escenarios políticos y se va consolidando como moda y sólo queda, al parecer, reservado para el gran jurado de la opinión pública, en un contexto de total pasividad de millones de bonaerense que, cansado de distintas actitudes, deciden no concurrir a las urnas. Y los últimos índices de ausentismo en distintas provincias son elocuentes y no merecen mayores argumentos.