ELECCIONES EN CABA: JORGE MACRI QUEDÓ COMO LA PRIMERA VÍCTIMA
La victoria del libertario Manuel Adorni en las elecciones locales para Legislatura porteña es uno de los datos más salientes. No obstante, deja como nota saliente la debilidad política del Jefe de Gobierno Porteño, Jorge Macri, no sólo por el magro resultado del PRO, con un magro tercer puesto, sino por su decisión de anticipar y desdoblar comicios, pensando en que consolidaría el poderío local de su partido.
Lo cierto es que Jorge Macri tendrá una escasa representación propia en el cuerpo deliberativo local y, encima de todas las cosas, con el kirchnerismo como primera minoría que, aún con un segundo puesto, obtuvo diez bancas, ganando dos por encima de las ocho que arriesgaba en estos comicios.
Si a esto le sumamos que Adorni estará acompañado en el recinto por nueve legisladores libertarios más, es obvio que Macri necesitará apoyos para sancionar sus leyes y será víctima de los más severos cuestionamientos y condicionamientos desde la oposición, sea desde la derecha o desde el centro progresismo.
En este sentido, la gobernabilidad de la Ciudad Autónoma está a expensas del gran ganador de los comicios que es nada más ni nada menos que Javier Milei quien difícilmente hable ahora de alianza con el PRO, sino seguir vaciándolo de dirigentes y de contenido.
Jorge Macri fue víctima de su propia decisión -sólo firmada por él- de convocar a elecciones desdobladas pensando que el debate electoral no sería invadido por la agenda nacional y, en todo caso, le faltó liderazgo para imponer el verdadero sentido de este comicio que era un primer plebiscito a su gestión.
Tal vez esto último haya ocurrido también, si se tiene en cuenta que Horacio Rodríguez Larreta -ahora devenido en vecinalista- le arrancó, sin transpirar, ocho puntos porcentuales de votación sólo señalando el desagradable olor en la ciudad y su preocupante falta de higiene urbana.
De repente, dejó de tener protagonismo en la conducción, cedió espacios que debió administrar políticamente y ahora se convierte en una importante muestra de la debilidad histórica del PRO, sobre todo en diciembre próximo, cuando se renueve la mitad de los cargos en la Legislatura local.