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LA LUPA SOBRE LOS MÁS DERROTADOS

08.09.2025

Por Martín López Lastra


Sin entrar en un análisis simplista y resumir todo el resultado electoral bonaerense en una clara derrota de las políticas del Presidente Javier Milei, es también válido analizar la dimensión de ese castigo electoral, como así también incluir en la escena a otros protagonistas de una película que resultó de escasa taquilla para la Casa Rosada.

Milei estuvo carente de toda elasticidad política, realmente necesaria para llevar a buen puerto sus políticas ante un Congreso que no siempre le rechazó -como ahora- una "remake" de la cirugía mayor que prometía Carlos Menem en los noventa.  

El gran aporte al sentido de la negociación que aportó Guillermo Francos y, en las sombras, Santiago Caputo, fue útil pero a todas luces escaso cuando crecía la pasión por la ortodoxia económica del Jefe de Estado.  Esos costos políticos de no negociar en forma eficiente se pagan y bien caro.

El segundo punto a tener en cuenta es que el oficialismo nacional subestimó y mucho la elección desdoblada provincial o simuló hacerlo.  Esto se sintío y mucho tras el triunfo del Vocero Manuel Adorni en las elecciones legislativas de la Ciudad Autónoma.  Después de esa noche triunfalista en las urnas pareció dominar el principio "equipo y esquema que gana no se tocan y no hay que hacer nada".  

Asimismo, Milei y su entorno imprimieron el sello de "fenómeno local" a una elección bonaerense que, si alguien conoce algo de historia, siempre fue la arena de discusión de temas nacionales.  

No hay que retroceder a los debates legislativos de 1880 cuando ya Leandro Alem, al analizar la federalización de la Ciudad de Buenos Aires, daba cuenta de las consecuencias que esto tendría para una Provincia que no sólo menguaría en sus ingresos, sino que sería rehén de una agenda nacional.

Este contexto habilitó más que nunca a Kicillof a asumir un liderazgo virtual de una discusion donde se priorizó más un plebiscito sobre la situación nacional que otra que hubiera sonado mejor y era el debate sobre temas provinciales tales como seguridad y educación, la situación de la obra social IOMA y otras particulares necesidades de los bonaerenses.

Milei subestimó la nacionalización de la discusión, apostó a la división del kirchnerismo, se enamoró fervientemente de su discurso ortodoxo e impactante y perdió en todas esas apuestas.

Otra gran derrotada fue su hermana Karina Milei, quien recibió todos los impactos de una denuncia que está en el medio de una investigación judicial como fue el caso de los audios ligados a denuncias de coimas en compras de medicamentos para la discapacidad.  Allí se trazó una enorme encrucijada donde se cruzaron por un lado la falta de sensibilidad social -con la anulación de pensiones en forma muy poco profesional- y la fuga de dineros por vías inapropiadas y en conflicto con la ley y que se inmortalizó con el famoso "tres por ciento".

El vendabal que afectó a Karina puede también llevarse puesto al núcleo compuesto por Lule Menem, asesor en las sombras de Karina y por Martín, el titular de la Cámara de Diputados de la Nación. En el escenario de la derrota, el presidente le negó un abrazo y apenas amagó a estrechar la mano.

En la galería histórica de perdedores aparece también alguien que parecía arrasar en los pronósticos y ahora cosecha un presente entre algodones porque parecen destruirse sus sueños para ocupar algún ministerio nacional y la gobernación bonaerense en 2027. 

Se trata del Intendente de Tres de Febrero Diego Valenzuela, quien de ganar supuestamente por cinco o seis puntos en la primera sección electoral perdió por dos dígitos contra Gabriel Katopodis, alguien que le dio batalla repartiendo él mismo los volantes de su lista en las estaciones de trenes.

Como sucede tras duras batallas, se cuentan las bajas y los heridos y también se buscan explicaciones para no voler a cometer los mismos errores que llevaron a la derrota.  

La elección para legisladores nacionales de octubre está practicamente a la vuelta de la esquina y Milei lo sabe muy bien.